Soy guimarera de nacimiento, cada año el siete de septiembre se celebra la romería del Socorro. Siempre al terminar la caminata, mis padres nos llevaban directamente a un puesto de pinchos morunos, era una tradición, nos dejábamos guiar por el intenso y riquísimo olor, siempre había una cola inmensa... Pero merecía la pena la espera. ¡Qué ricos!
Cuando crecí, bajaba de romería con mis amigos, pero en cuanto llegaba me despedía de ellos y me iba siguiendo el aroma hasta los puestos de pinchos, seguro que en alguno estaban mis padres con el preciado tesoro.
Hace unos años, conocimos a unos buenos amigos, él sabe hacer los pinchos auténticos y me enseñó, curiosamente es vasco, de Bilbao, allí cerca de su casa, había un bar donde los preparaban y traían las especias auténticas para su venta. Cada vez que se iba de vacaciones, le encargábamos y nos traía una buena cantidad... Pero la crisis llegó, con ella menos vacaciones y el cierre del bar. No los había podido volver a hacer.
Pero me he llevado una alegría, han abierto un negocio de especias en el pueblo y ¡Por fin!, los he conseguido. Por eso hoy, no es festivo, no hay nada especial que celebrar, pero... ¡Hay pinchos morunos en casa! Y eso ya es una fiesta. Gracias a LA CASA DE LAS ESPECIAS. En plena calle de
la arena de Candelaria.
INGREDIENTES:
- Carne de cerdo, sal, limón y especias especiales para pinchos morunos.
´PASOS A SEGUIR:
1.- En la mañana del día que se vayan a preparar, se condimentan bien con un poco de sal, no mucha, y las especias.
3.- Se van asando a la plancha o a la brasa, importante irlos rociando con bastante zumo de limón.
4.- Servirlos con abundantes papas fritas, ensalada, refrescos y vino. Una comida para toda la familia. ¡Ah! Pican un poco.
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